Existen varias ciudades en el mundo que ofrecen rutas e itinerarios temáticos a los turistas y a aquellos interesados en (re)descubrir su propia ciudad. Así, Londres atrae a sus visitantes con la ruta de Jack “El Destripador” en el barrio de Whitechapel, en la que se recorren una serie de puntos claves relacionados con dicho personaje. En Beverly Hills, por ejemplo, se organizan recorridos específicos para visitar las casas de los famosos del cine y la música; y en Madrid se pueden contratar recorridos por el Madrid de los Austrias o por diferentes escenarios literarios que han convertido a la capital de España en un escenario –a veces en un personaje más- destacado dentro del teatro o la novela. Gracias a la investigación que me encuentro realizando sobre los orígenes de la profesión del detective privado en España entre 1875 y 1925, me he preguntado: ¿Cómo sería un itinerario detectivesco en una ciudad como Barcelona en ese período de tiempo? Sin lugar a dudas, debería tener el siguiente recorrido, el punto de partida sería la calle Hospital, siguiendo por la calle Tallers, Plaza Catalunya, Ronda de San Pedro, Ronda Universidad y finalizando en la calle Balmes.
Calle Hospital
El punto de inicio del recorrido seria la calle Hospital 108, 2º 1º, donde tenía sus oficinas el primero de los detectives de los que se tiene constancia: LA INTERNACIONAL, se anunciaba como “Gran detective particular” para asuntos secretos, informes, pesquisas, indagaciones y vigilancia privada.
Calle Tallers
El recorrido empezaría por el número 7, donde en el entresuelo tenía su despacho en 1896 Wenceslao Buxeda; de ahí pasaríamos al número 48 ya que en el mismo año tenía sus oficinas la empresa de informes comerciales EL FÉNIX dirigida por Agramunt y Compañía, empresa que realizaba informes comerciales y financieros y acabaríamos en el número 66 donde se encontraba la empresa ALFARO Y COMPAÑÍA que en 1896 facilitaba información comercial. En el número 13 se encontraba en sus inicios, el despacho de Antoni Tressols con su AGENCIA DE POLICIA PRIVADA, inspector de policía en las calles de Barcelona en sus inicios y más tarde uno de los primeros detectives a tener en cuenta en la segunda década del siglo XX.
Plaza Catalunya
INFORM en el número 16 que llegó a tener más de cincuenta empleados. En 1905 estaban situadas, en el número 3 de la Plaza Catalunya, las instalaciones del INSTITUTO CONFIDENCIAL, dirigido por Vilanova y Sayol.
Ronda de San Pedro
El punto de partida en esta calle sería el número 26, donde Enrique Cazeneuve -autor del libro Detectivismo Práctico– ya aparecía anunciado en el periódico La Vanguardia en octubre de 1919 con su DETECTIVES OFFICE, todo un ejemplo con sus anuncios en prensa, conferencias y publicaciones en crear la marca “detective”
En el número 33 principal se encontraba, en 1882, EL SEGURO INDUSTRIAL Y MERCANTIL de José Ventura; y en 1896, en el mismo número, se instalaría un conocido informador comercial llamado TOMÁS J. MELER. Años después, en 1898, la empresa de informes comerciales FERNÁNDEZ Y BORJAS-RUIZ HERMANOS se instalaría también en la Ronda San Pedro.
Y en el número 42 se encontraba en 1883 LA PRECAUCIÓN MERCANTIL de Buenaventura Barrios, originalmente la empresa se llama “La Salvadora” pero la presión de cierta parte de la sociedad barcelonesa que pensaban que transmitia confusión con temas religiosos.
Ronda de la Universidad
LA ACTIVIDAD en 1894 cubría las necesidades de información de sus clientes en el número 12 de la Ronda de la Universidad, mismo número en el que se instalaría dos años más tarde (1896) A. Calventus, también en el número 12 y mismo año, coincidía en otra planta del edificio Mariano de la Osa. Por su parte, Jerónimo Bolíbar se instalará, en 1896, en la Ronda de la Universidad 19, 1º. Adolfo León y Cortes disponían de la segunda planta en los números 17 y 19 (1898).
En el número 35 se encontraba en 1915 todo un referente en la (pre)historia de los detectives privados: la Agencia de Antonio Tressols, conocida en esta etapa como AGENCIA TRESSOLS.
Balmes
En 1896, en el número 13 de la calle Balmes se instalaría en la primera planta, LA CONFIDENCIA UNIVERSAL e informes comerciales de los Sres. Satorres y Madreñas, desde donde se publicaba semanalmente su boletín con datos mercantiles de las empresas que se habían creado y que contaba con una sección negra, donde aparecía una relación de personas y empresas morosas y en suspensión de pagos. Algunos años más tarde, en 1905, en el número 6 de la calle Balmes se instalaría el boletín Europa y América de F. D. Madreñas, que fue despiadadamente crítico y duro con Daniel Freixa.
También habría que detenerse en Balmes 11, en la segunda planta, donde Eugenio Puig Llisas tenía en 1898 su despacho. Y en el número 9, donde en 1891 se instalaba el conocido Agustín Ungría, otro gran referente en los suministradores de información. Seguiríamos hasta el número 10, donde en 1898, en el 3º 1ª, tenía su despacho José María Balmes. Por último, la parada obligatoria e indispensable es la calle Balmes número 61, donde en 1919 tenía su despacho el detective privado Antonio Montero.