Durante las semanas de confinamiento, diferentes medios de comunicación se hicieron eco de cómo varias empresas habían sido adjudicatarias de material sanitario por parte del Estado y, sin embargo, su domicilio había sido clasificado como desconocido en boletines oficiales. ¿Pero qué significa exactamente que un domicilio sea desconocido?
Cada vez que una empresa o un particular tiene una reclamación de cantidad o bien es sancionado administrativamente por parte de un organismo oficial, trata de ser notificado en el domicilio social de la empresa y/o en su domicilio particular. En aquellos casos en los que la notificación viene devuelta, bien porque la empresa o el particular no se encuentre realmente en ese domicilio o bien porque falten datos como el número de la calle, esa notificación se publica en los boletines oficiales del Estado o de la provincia.
Ese domicilio social o principal de la empresa es el que consta en el Registro Mercantil al que acceden de forma abierta, que no gratuita, no solo los organismos oficiales, sino también entidades bancarias, despachos de abogados y empresas privadas. Dicha consulta puede realizarse como fuente primaria accediendo directamente al Registro Mercantil, o como fuente secundaria a través de los diferentes proveedores de información comercial como Axesor, Informa, Iberinform o Informes Online.
Si se trata de particulares, entonces esa consulta se convierte en una investigación. Ese es el único medio y cauce que nos aporta la mayor garantía respecto a la seguridad jurídica y la mayor cualificación para dar una información veraz, real y actualizada.

Es muy importante distinguir la dualidad entre persona jurídica y persona física. Teniendo esto en cuenta, ¿dónde hay que hacer la entrega de requerimientos o notificaciones? Es en ese punto cuando comienza la labor del detective privado, quien mediante una investigación obtendrá un domicilio real, actualizado y verificado de la empresa, que en un porcentaje muy alto no corresponderá con el domicilio social de la compañía, autónomo o particular al que se intenta localizar.
Si se trata de un particular, el detective privado es la herramienta idónea para localizarlo. Muy probablemente el deudor no viva en el domicilio que tiene el cliente, por lo que mediante una investigación es posible hallar dónde vive en realidad.
Pero no obviemos otra evidencia: si se trata de una pyme hay muchas posibilidades de que su administrador único tenga participaciones en la empresa, por lo que puede ser válido el resultado de un informe del detective que aporte su dirección particular. Ese mismo informe será prueba suficiente en un procedimiento judicial, pero también de cara a la Agencia Española de Protección de Datos en el caso de que el cliente del detective reciba una notificación de la misma preguntando por el origen del dato.
Si se trata de una gran empresa es necesario diferenciar si está o no abierta, es decir, si sigue funcionando. En caso afirmativo, el detective privado encontrará el domicilio principal de la empresa o un domicilio donde estén ejerciendo la actividad. En el caso de que la empresa esté cerrada, el detective dirigirá su investigación a encontrar otra empresa vinculada que esté activa, y en más de una ocasión el resultado de la investigación puede ser una sucesión de empresas. Otra alternativa posible es averiguar el domicilio particular de uno de los accionistas o personas con responsabilidad en la empresa.
¿Cuál es nuestra principal conclusión de hoy? Que siempre acabaremos investigando a una persona física (sea origen pymes u origen particular) y, de nuevo, el papel de un investigador para ello es clave e imprescindible.
Óscar Rosa y
Emilio Soto AML & Compliance Director. Detectys