Este jueves se celebra el “I Fraud and Collection Management Forum for Insurance Companies” organizado por CMS, en el que participo como ponente, dentro de la mesa redonda sobre “Fraude: herramientas de detección y gestión de fraude en el sector asegurador”, que tratará sobre el fraude en siniestros diversos. Hablaremos de nuestra experiencia como investigadores privados en la detección preventiva de fraude; así como de la aportación de pruebas necesarias en el caso de que este se haya producido; o de ciertas herramientas digitales que pueden ayudar a prevenir y detectar el fraude, como es el caso de la presentación de facturas falsas.
Algunas facturas caen por su propio peso, como la que encontramos en una investigación de hace unos meses, en la que el asegurado presentaba una factura de camisas de marca de prestigio y con un precio medio de 150 €, que correspondía a una tienda de las que antes se llamaban “todo a cien”
En este tipo de fraudes, habitualmente el asegurado presenta una serie de facturas con la finalidad de justificar gastos imprevistos y ocasionados por el robo de algo en concreto relacionado con un siniestro. En nuestras investigaciones comprobamos los siguientes puntos:
- Datos completos del emisor de la factura. Tenemos que comprobar que el nombre o razón social corresponde al NIF o CIF facilitado. En la primera parte de la investigación es obligatorio comprobar que el NIF/CIF existe o no existe, para ello es útil conocer una de las páginas web que suelo mostrar en los training workshop que realizo para los tramitadores. Otra de las páginas que nos sirve como herramienta es una que realiza de forma automática la asignación de la letra en el DNI. En la investigación que me sirve de ejemplo en este post fue muy útil esa herramienta, ya que el DNI además de corresponder a otra persona distinta (por la que incluso la empresa puede ser sancionada, la numeración del DNI tampoco coincidía con la letra asignada. Con datos basados en el Registro Mercantil y en algunas ocasiones con una parte de investigación se puede comprobar si el domicilio que aparece en la factura corresponde al de la empresa, negocio o empresario.
- Fecha de emisión. Dos vías son las que se abren ante el ítem de la fecha que aparece en la factura. La primera es que la fecha de emisión de la factura tiene que ser posterior a la comunicación por parte del asegurado del siniestro, la segunda es que la fecha de la factura tiene que ser posterior a la creación de la empresa, parece lógico para hace unos días finalicé una investigación donde la fecha de factura era tres meses anterior a la creación de una empresa de reparaciones.
- Identificación de los productos/servicios. Hay que tener en cuenta los productos y servicios indicados en la factura, estos tienen que estar relacionados con la actividad de la empresa, es normal que un siniestro relacionado con el robo de unas gafas, presente una factura de una óptica, donde en la descripción de productos aparezca por ejemplo unas gafas de vista o unas gafas de sol. Lo que no tiene lógica como nos ocurrió en una investigación realizada hace unos meses, es que alguien presente una factura de camisas de marca de prestigio y con un precio medio de ciento cincuenta euros y que correspondían a una tienda de las que antes se llamaban “todo a cien”.
- Formato de la factura. No todos tienen la virtud de diseñar y tener gusto a la hora de falsificar una factura, en algunos casos es tan evidente la falsificación que desde el primer vistazo y como si tuviera vida propia “canta” (logotipos mal cortados y pegados, sellos ilegibles, líneas que no llegan a ser rectas o datos que están insertados en un lugar que no es el correcto.
Este tipo de fraude en la presentación de facturas para reclamar una cantidad será uno de los ejemplos que se expondrán en la mesa redonda en la que compartiré experiencias y puntos de vista con Arturo Lopez-Linares de AXA, Xavier Borras de Allianz, Juan Pablo Sanz de Verti y José Javier Borges de la empresa Soluciones Tecnológicas para Aseguradoras.