En la vida, de una forma y otra, todos estamos conectados y nuestros actos son teselas que van conformando una red que nos conduce hacia situaciones personales o profesionales nuevas e ilusionantes. La vida, en definitiva, a veces te sorprende y sin que seamos conscientes configura diferentes hitos para que luego, milagrosamente, lleguen a interconectarse.
Esto le sucedió a Eugenio Vélez-Troya, quien estableció un primer hito al decidir asistir en 1951 al congreso anual de la World Secret Service Association (después paso a llamarse World Association of Detectives), celebrado en la ciudad de Miami (Florida). Sin apenas tener conocimiento del inglés, se sirvió de su especial forma de ser y de su carisma para sembrar excelentes relaciones y buenos amigos, así como contactos, clientes y proveedores potenciales. Asistió a los congresos de la WSSA cada vez que pudo y las redes que empieza a trazar y sus buenas referencias sirvieron para que le nombraran director general de Europa en el congreso de 1956 celebrado en Obama (Nebraska). Después vino la celebración en Detroit (Michigan) del año 1960, donde se decidió que el XII Congreso de la Asociación se celebraría en Barcelona. Como primera ciudad europea en la que tendría lugar el encuentro, un privilegio si tenemos en cuenta que desde 1943 las únicas ciudades sede de los Congresos, fuera de Estados Unidos fueron México en el año 1955 y Cuba en 1946.
En menos de diez años, después de su primer congreso internacional, el 8 de octubre de 1960, Mr. Lyle Catlin (delegado para la organización del Congreso) y su esposa realizaron una visita a Barcelona para intercambiar impresiones. Lyle Catlin era el director general de la empresa The Kane Service Ltd, que contaba por aquellos años con 1.200 agentes privados. Este primer viaje oficial representa el comienzo de la cuenta atrás para el gran evento.
La Vanguardia publicaba en su edición del sábado 26 de agosto de 1961, la noticia de que el 25 de agosto llegaba a Barcelona, procedente de Madrid, Mr. A. de Vries, secretario de la Asociación Mundial de Detectives (World Secret Service Association), “el cual fue recibido por sus colegas barceloneses con todos los honores”. En Madrid se había reunido con el presidente de la Agrupación Sindical de Detectives Españoles, el Sr. Guisado y otros miembros de aquella directiva. Y ahora, el señor de Vries llegaba a Barcelona para encontrarse con Eugenio Vélez-Troya y con vocales de la Junta organizadora del congreso, con el fin de supervisar los últimos detalles de la convención que se celebraría entre el 1-4 de septiembre.
El evento con la denominación de Convención Internacional de la WSSA y con titulares en prensa como “Barcelona, sede del Congreso Internacional de la Asociación Mundial del Servicio Secreto”, reunió a unos sesenta detectives de todo el mundo, para exponer como indicaba el periódico La Vanguardia, “sus condiciones y técnicas de trabajo e intercambiar puntos de vista”. Aquel año existían en España unos treinta despachos de detectives en Barcelona, Madrid, Sevilla, Valencia y San Sebastián, entre otros, pero asistieron detectives de otras partes del mundo como Estados Unidos, Canadá, Hawai y Bélgica.
El programa ofrecido a los asistentes estuvo muy cuidado y hacía gala de la oportunidad que significaba ser la primera ciudad europea en celebrar un congreso internacional de detectives. La parte de ocio quedó cubierta con visitas a Sitges, a Montserrat y a la fábrica de cava Canals & Nubiola; y la del negocio, con clases teóricas según indicaba La Vanguardia sobre: “El uso de los perros como auxiliares de la investigación y la seguridad”, conferencia a cargo de Mr. Ross; y sobre el “uso de equipos electrónicos durante las investigaciones”.
Esta publicación también se hacía eco de la asistencia de personalidades de renombre tales como: Joseph T. Ackerman presidente de la WSSA, Lee A. Enoch (abogado criminalista), T. Walter Bradford, Harol Lipset Gawde o el conocido Al de Vris.
Los detectives privados españoles de inicios de los años 60, como decia Eugenio Vélez-Troya en la entrevista realizada en La Vanguardia con motivo de este acontecimiento, “mas que a la vida privada, se dedican a las actividades sociales desde las investigaciones por la falta no justificada en el trabajo, las fugas profesionales, y a la vigilancia de la honradez profesional, sin orillar la selección del personal tanto por su capacidad técnica como por su moral”.
Tras finalizar el congreso de Barcelona, se volvieron a reunir en Madrid el 7 de septiembre en la Casa Sindical. En el acto estuvo el secretario del Sindicato Nacional de Actividades Diversas, don Camilo Vizoso, al que acompañaba el presidente de la WSSA, Mr. Lee A. Enoch. Y por parte del grupo nacional de detectives, se encontraba don Florencio Visado y del subgrupo, don Alfredo Alier. Se le entregó una medalla al presidente de la Asociación como homenaje de los detectives españoles a los americanos. Entre los detectives barceloneses que acudieron sabemos que estuvo Francisco Mir Pallas, según se documenta en uno de los artículos publicados en el periódico anteriormente mencionado.
La Asociación nace en Chicago en 1950 con 20 agencias, siendo Norteamérica la nación que cuenta con mayor número de empresas de investigación. En los inicios se encontraban detectives de renombre como “J. Williams Burns” que poseía 25 sucursales y 12.000 agentes privados; Pikerton, con 5.000 agentes y Kane Service con 500. Cada estado americano tiene su propia asociación de detectives y muchos de ellos han pasado al campo privado como Al de Vris, secretario general que durante muchos años fue capitán de la Policía Federal en Indiana. La WSSA se fusionaría en 1966 con la World Association of Detectives, pasando a llamarse del mismo modo que esta última. Actualmente la WAD es la asociación mundial más importante por número de asociados y por reputación.
Eugenio Vélez Troya consiguió que se celebrara en Barcelona el único Congreso Anual de la Asociación Internacional, posteriormente hubo otros congresos en España pero son los que los estatutos de la actual WAD (World Association of Detectives) llaman “Mid-Term Board Meeting”, algo así como un encuentro que sirve para tratar temas internos de la asociación, realizar su asamblea, pasar un tiempo de ocio, de (re)encuentro y, en definitiva, pasar unos días juntos. Estos encuentros se celebraron en Madrid en 1981 y 1995, en el año 2000 en Tenerife y en el 2008 en Marbella.
Es una gran suerte haber contado con este hito, establecido por Eugenio Velez Troya, quien consiguió que en los años 60, los detectives de fuera de España y la prensa visibilizaran la profesión de detective privado de España, fuera y dentro de nuestras fronteras.