En esta ocasión paso a transmitiros la historia de una investigación que he conocido de forma reciente y que enseguida he querido compartir con vosotros. Es la historia de un cantante apenas conocido en Estados Unidos, que durante cuarenta años fue considerado, en países como Sudáfrica o Australia, una leyenda, un mito. También es la historia de como un ‘detective’ musicólogo sudafricano terminó dando con su paradero.
El cantante es Sixto Rodríguez, y para leer su historia os recomiendo escucharle, algo que he hecho yo mismo mientras la escribía. Entre sus muchas canciones me quedo con esta:
Nos remontamos a finales de las década de los sesenta del siglo XX. Sixto Rodríguez, llamado de ese modo por tratarse de un
sexto hijo, vivía en Detroit (Michigan). Hijo de inmigrantes mexicanos, vivía
en una zona marginal, componía sus canciones y tocaba su guitarra en varios
bares nocturnos como un poeta de los suburbios, cantaba lo que veía y lo que
sentía. Dos productores musicales, Dennis Coffey (productor
de estrellas como Marvin Gaye o Steve Wonder) y Mike Theodoreconvencieron a “Rodriguez” para sacar
su primer disco, ‘Cold Fact’ (1970), con sus
propias canciones. El disco no tuvo ningún éxito y
apenas fue conocido, se vendieron menos de cien copias. Si bien las canciones
eran deliciosas, creadas e interpretadas con mucho talento.
Al año siguiente, otro productor musical, enamorado de ‘Cold Fact’, Steve Rowland (productor de Boney M, Jerry Lee Lewis o Gloria Gaynor entre otros), le ayudó a sacar al mercado su segundo disco, ‘Coming from Reality’ (1971) que, al igual que el anterior, también fue un fracaso. Rodríguez fue despedido de la discográfica y sus esperanzas musicales se desvanecieron. De alguna forma, entendió que no había nacido para ser artista y ganarse la vida vendiendo su música, y continuó con su actividad profesional, las reformas de viviendas y locales.
Pero el universo tenía preparado para él un plan, aunque Rodriguez tardaría varias décadas en averiguarlo.
Es una incógnita como el disco llegó a Sudáfrica, aunque algunas leyendas cuentan que una chica, cautivada por la letra de sus canciones, llevó una copia de la cinta de casete a su país natal, para que la oyera su novio. Las canciones transmitían mensajes sobre libertad, y sonaban a soplo de aire fresco y a válvula de escape en plena etapa del ‘apartheid’ en Sudáfrica (1944-1992). Como el disco no se podía comprar en ninguna tienda, las copias de esa cinta se hicieron de amigo a amigo, hasta que una discográfica en Sudáfrica produjo el disco y se empezó a vender en las tiendas de música. “¿Quién era Rodríguez?” “¿De dónde era?”, eran las preguntas que todos se hacían, pero nadie tenía respuesta. Cientos de miles de copias del primer LP convirtieron a ‘Cold Fact’ en un disco de culto, diez veces disco de oro. Como consecuencia de la etapa política del país y de la falta de libertad, algunas canciones, eran rayadas y prohibidas por la South African Broadcasting Corporation, esta “prohibición” unida al rumor de que Rodriguez se había suicidado en un concierto, no hacían más que alimentar el mito, llegando su música a Australia, Nueva Zelanda y Zimbawe.
Décadas después, Stephen Segerman, uno de sus fans, se propuso conocer más sobre la vida de este artista norteamericano, “¿Cómo se llamaba?” “¿De donde era?” “¿Por qué se suicidó?”. Para empezar necesitaba como mínimo tener un nombre completo, ya que sólo conocía que el artista se llamaba “Rodriguez”.
Lo primero que hizo fue revisar el vinilo del primer disco, ‘Cold Fact’, editado por la discográfica Sussex Records, buscando cualquier detalle o pista que lo llevara a un punto de partida, un hilo del que tirar. En la portada tan solo se veía un joven, con rasgos orientales, sombrero, pelo largo y grandes gafas de sol, pero en esa portada sólo aparecía el nombre Rodríguez. Al observar el vinilo, en su parte central aparecía como artista Sixto Rodriguez, y en la parte central el nombre y orden de las canciones y quien era el autor de la letra y música. En ellas aparecía el nombre Jesús Rodriguez (en los cortes 2 y 5), el nombre Sith Prince, en los cortes 1,3 y 6 y el de Mike Theodore (un conocido productor). Segerman, además, fue quién se encargó de elaborar el libreto que acompañaba al CD que salió al mercado en Sudáfrica en los años 90 con el segundo disco de Rodríguez, ‘Coming from Reality’. En ese libreto, aprovechó para hacer una llamada, pidió los ‘servicios’ de algún ‘detective musicólogo’ que le ayudara a conocer más sobre el desconocido Rodríguez.
Y Craig Strydom, un periodista que llevaba ya algún tiempo obsesionado por la figura de este artista, fue el que hizo esa labor. Quiso conocer más sobre la historia de este cantante, del que tan solo se sabía que se llamaba Rodriguez. Estas son las vías de investigación que se desarrollaron para encontrar a un cantante del que nada se sabía en las cuatro últimas décadas:
- Una de las vías de investigación fue centrarse en la letra de las canciones, en busca de alguna referencia geográfica. Siguiendo este hilo, viajó a dos ciudades que Rodríguez mencionaba en sus canciones, Londres y Ámsterdam, sin embargo no encontró ninguna pista allí. Pero la suerte, que a veces acompaña a un investigador privado y pone una pista delante de ti, hizo que, escuchando ‘Inner City Blues’ de repente prestara atención a una frase que le había pasado desapercibida. Ahí decía “Met a girl from Dearborn, early six o´clock this morning”, y ahí nacía una nueva vía de investigación, Dearborn, efectivamente, existía, estaba en Wayne, Detroit, centro de operaciones de discográficas como Motown y de productores como Mike Theodore, quien había participado en la edición del disco en Sudáfrica. Por fin aparecía una pista sólida.
- Se comprobó si el nombre de Rodriguez estaba registrado, pero el resultado fue negativo.
- Se investigaron otras vías, como el origen de los ingresos con la venta de discos en Sudáfrica. ¿Dónde llegaba el dinero para alguien que estaba fallecido? El ‘detective’ hizo un organigrama en el que reflejó todas lasdiscográficas que de algún modo había tenido relación con Rodríguez. Su idea era investigarlas, centrarse en ellas en detalle buscando una nueva pista. Las tres discográficas en Sudáfrica eran A&M Records, que sacó el primer LP en Sudáfrica en 1971, Teal Trutonee, que sacó el CD en 1991, y PT Music, que lo sacó en 2002. Una empresa clave en el organigrama era la empresa Sussex Record, que funcionaba como A&M Records en Sudáfrica. Otras empresas también vinculadas, fueron las discográficas Blue Goose Music (Australia) y Light In The Attic (EEUU). En un primer momento fue a ver a Clarence Avant, de la discográfica Sussex Records en Sudáfrica, la empresa llevaba cerrada varios años y el antiguo propietario era un abuelito que recordaba con cariño el éxito de Rodriguez en Sudáfrica, pero que no aportó ningún dato añadido sobre la verdadera identidad de este.
- El siguiente paso fue dirigirse a la compañía norteamericana Light In The Attic. Ellos fueron los que le facilitaron un dato que cambiaba toda la investigación, Rodriguez no se había suicidado, estaba vivo.
- Por otro lado, Strydom tuvo una idea sencilla y brillante. Creó una web, “buscando al gran Rodríguez”, con una foto y un anuncio en el que se preguntaba si alguien tenía noticias sobre él, además de unos datos de contacto para quien quisiera aportar información. Y quien lo hizo fue la propia hija de Rodríguez, que le facilitó todos los datos que necesitaba.
Como resultado, Sixto Rodriguez, 40 años después, fue a Sudáfrica, donde dio treinta conciertos.
Este articulo está basado en el documental “Searching for Sugar Man”, que recibió el Oscar al mejor documental en 2012. Estas son las conclusiones que saco sobre esta maravillosa historia, llevándola a nuestro terreno, la investigación:
- La esencia de una investigación es tener información que no tenías. Algo nuevo. También puede servir para confirmar lo que ya sabías, o bien desmentir lo que ya creías conocer.
- El nombre completo y una última dirección. Ese es el punto de partida para empezar una investigación sobre una persona física. El resto del camino puede ser cualquier cosa. A veces, magia.
- Localizar a una persona física puede ser tan complicado como localizar una empresa, que puede estar cerrada (como la mayoría de las discográficas relacionadas con esta historia) y de la que es difícil (re)encontrar información.