La
situación
Desde el inicio de la crisis, uno de los delitos económicos que más se han
incrementado es el alzamiento de bienes,
un delito en el que el deudor oculta o sustrae su patrimonio para evitar que
los acreedores puedan satisfacer la deuda.
Los detectives nos encontramos en más de una ocasión con la misión de demostrar
mediante un informe que se ha cometido un alzamiento de bienes, un alzamiento
que se puede producir de muchas formas entre las que, por ser muy habitual,
debemos destacar una modalidad de este tipo de delito: el alzamiento de bienes
mediante una sucesión de empresas fraudulenta.
El deudor traspasa los activos patrimoniales de una empresa a una nueva firma,
relacionada de forma familiar con
los administradores de la empresa deudora o bien a través de testaferros, con el objetivo de dificultar al máximo el
derecho de los acreedores a localizar los bienes proporcionales para hacer
frente a un pago de la deuda.
En este tipo de delitos, la Empresa B, aquella a la que el deudor traspasa los
bienes de la Empresa A, suele compartir con la primera la misma actividad, los mismos empleados, clientes, domicilio…
Es necesario aclarar que no se comete delito si permanece en poder del deudor
el patrimonio suficiente para satisfacer los derechos de los acreedores (STS
129/2003 del 31 de enero).
La víctima
- Sus acreedores. Que no pueden ejercer su derecho a localizar los bienes que pueda tener la empresa y no disponen de las herramientas necesarias para profundizar en la búsqueda de datos/información para descubrir una sucesión de empresas.
- Organismos oficiales como Hacienda o Seguridad Social que al igual que el resto de acreedores, no recibe su correspondiente ingreso como prestación y no puede ejercer su derecho de embargo de bienes.
El
perfil del defraudador
Empresas que, acuciadas por las deudas y para eludir el pago a sus acreedores,
ponen sus inmuebles a nombre de otra sociedad. En muchas ocasiones, lo hacen
mediante una estrategia muy simple y se
trata de una irregularidad conocida por todos en el entorno de la empresa.
El
detective privado como herramienta antifraude
El detective privado mediante su experiencia, investigación y posterior
informe, aporta las pruebas necesarias para detectar y probar si desde la
Empresa B se está ejerciendo la misma actividad, en la misma dirección, con
parte de la misma plantilla y con parte de los mismos clientes que la Empresa
A.
Existe abundante jurisprudencia sobre las distintas tipologías de este delito, si quieres ampliar información te recomiendo este post.