El Concilio de Trento, al norte de Italia, se inició en diciembre de 1545 convocado por el Papa Paulo III. Tuvo 22 sesiones y varias interrupciones, por lo que fue 18 años después, cuando se dio por concluido por el Papa Pío IV en diciembre de 1563, convirtiéndose en el concilio más largo de la historia. Promulgó catorce decretos doctrinales y trece decretos sobre la reforma de la atención pastoral y la disciplina de la Iglesia.
Esto no es un artículo sobre teología pero, a modo de resumen, señalaremos las más interesante: se prohibieron los duelos a espada pistola con gravísimas penas, se dictaron normas contra el concubinato de los clérigos y, aquí viene la más interesante, para los investigadores privados, las parroquias quedaron encargadas de recoger y elaborar los llamados Libros Sacramentales, donde se recogían tres hechos fundamentales en la vida de las personas: su nacimiento, matrimonio y defunción. De ese modo los investigadores privados han utilizado las parroquias como fuente de información para obtener estos datos.
Son varias las parroquias que aún siguen disponiendo de esta información, si bien, durante diferentes periodos de la historia de España, hay un buen número de ellas que fueron quemadas o destruidas, desapareciendo con ellas toda esta información.
Partidas de bautismo
El punto inicial era conocer el lugar de nacimiento del investigado y ese dato le llevaría a la averiguación del lugar de bautismo. El siguiente paso era acudir a la parroquia, acceder al libro de índices por años y, es ahí, donde figuraba el nombre del investigado. Por último, el libro de índice indicaba el tomo donde estaba la partida de bautismo. En esas partidas se podían encontrar, además, notas marginales que indicaban el matrimonio o la defunción. Los datos que aportaban eran el nombre y apellidos de la persona investigada, fecha y lugar del bautismo, fecha de nacimiento, lugar de nacimiento, sexo, legitimidad (legítimos, naturales), nombre y apellidos de los padres, nombre y apellidos de los abuelos paternos y maternos.
Partidas de matrimonio
Para contraer matrimonio por la iglesia, los cónyuges tienen que presentar el certificado de bautismo de las correspondientes parroquias, una vez celebrada la boda, al margen de la hoja y en el correspondiente libro se hacía constar que la persona había contraído matrimonio con otra persona, el nombre de la parroquia y la fecha. La metodología era similar a la búsqueda de la partida de bautismo. Había que localizar el libro de índice por años y era indispensable conocer el lugar y fecha de la celebración. La información que aportaban las partidas de matrimonio eran la fecha del matrimonio, nombres y apellidos de los contrayentes, estado civil, edad y profesión de los contrayentes, nombre y apellidos de los padres, de los abuelos, de los padrinos y de los testigos.
Partidas de defunción
Se realizaba la misma metodología que en las dos anteriores y la información que aportaban las partidas de defunción era nombre, apellidos, estado civil, edad y profesión del difunto, causa de la muerte, nombre del cónyuge del difunto, datos de los padres, etc. En ocasiones se podía localizar si el difunto hizo testamento en vida.
Finalizamos el artículo transmitiendo la habilidad más importante que debía tener el investigador para ganarse la confianza del párroco o sacerdote: una buena dosis de empatía con la finalidad de que le permitiría acceder a esos libros de índices.