Era la época de los primeros logotipos. Las marcas empezaban a usar este tipo de distintivos para ser reconocidas, y la agencia de Allan Pinkerton, pionera en tantas otras cosas, diseñó un logo. Se trata de un ojo derecho abierto, alrededor de él, el nombre de la agencia, Pinkerton´s National Detective Agency, con una tipografía ornamentada, propia de la época. Las cuatro palabras rodean al ojo, dos arriba y dos abajo, y refuerzan la forma ovalada del conjunto. Dentro, bajo el ojo, su reconocible lema We never sleep.
La elección de un ojo como imagen no es casual, como tampoco es coincidencia que guarde un gran parecido con el Ojo de Horus, símbolo en el Antiguo Egipto de protección y de poder. Si comparamos ambas imágenes comprobaremos esta similitud, ambos ojos derechos, estilizados, rasgados, con los marcados trazos que dibujan las ojeras y las cejas.
El ojo ha formado parte de la iconografía que ha acompañado a creencias y religiones a lo largo de la historia. Sin ir más lejos, en el cristianismo el ojo que todo lo ve representa a Dios y suele situarse dentro o en la parte superior de un triángulo. El símbolo de la Mano de Dios, Hamsa o Mano de Miriam en el judaísmo, Mano de Fátima para los musulmanes, suele representarse con un ojo en su interior. El Ojo de Shiva en el hinduismo, el Ojo de Buda en el budismo, el ojo de los sumerios, que adoptaron los fenicios para sus embarcaciones y que en la actualidad podemos ver en las barcas de jábega que todavía quedan en ciertos puntos del Mediterráneo, como amuleto de protección (de nuevo la protección) en el mar.
El ojo lo encontramos en los billetes de dólar, en la parte superior de la pirámide, y forma parte de la iconografía que acompaña a la masonería, sociedad a la que pertenecía el propio Allan Pinkerton, y también su primer socio, el abogado de Chicago Edward Rucker, con el que fundó la North-Western Police Agency, que más tarde sería la Pinkerton Agency. Una sociedad a la que también pertenecía el mismo presidente Abraham Lincoln, con el que Pinkerton tuvo una estrecha relación ya que este le encomendó su seguridad personal.
El sector de la seguridad desde sus primeras representaciones gráficas ha hecho uso del ojo como imagen transmisora de aquellos valores o sensaciones que querían asimilar como suyos. Fue utilizado para transmitir observación, orden, y protección por revistas francesas policiacas como L’ Ceil de la pólice (1908-1914) o Le Crapouillot Les Mysteres De La Police Secrete (1925), también en revistas españolas como El Detective de Cataluña (1933). Uno de los detectives que utilizó el logotipo del ojo en España fue Ramón Julibert, en su agencia L´ Humanité de la Barcelona en los años veinte, todos los documentos corporativos de la agencia incluían el ojo en la parte superior del nombre de la agencia.
En muchos países anglosajones es lo mismo decir Private Investigator que Private Eye, lo que transmite hasta qué punto el ojo es un icono indudablemente ligado a la profesión de detective. Al igual que lo fue en su época la imagen creada por el publicista e ilustrador italiano Leonetto Cappiello para el detective francés Eugene Villiod, en la que representaba a un hombre enmascarado y con capa, con cierto aire al personaje literario Fantômas. Al igual que la lupa, la pipa o el gorro de cazador… Pero esos son otros capítulos de esta iconografía detectivesca.